La anécdota que más me marcó con mi nueva Shineray X30, fue cuando estaba en plena panamericana sur con dirección a Pisco (motivos laborales) por la altura del km 30 ví una familia caminando con muchos bultos y paquetes por la vía auxiliar, era un día caluroso y pesado, a lo lejos pude captar la atención del más pequeño que miraba los carros con la esperanza de que al menos uno parará, me detuve delante de ellos y les pregunte si se iban lejos; me dijeron que deseaban llegar a Ica, sin pensarlo dos veces y aprovechando que mi chinita (cómo le digo de cariño a mi Shineray x30) estaba vacía me ofrecí a llevarlos, el trayecto fue muy conmovedor escuchando las historias de cómo la pandemia ha golpeado tanto a esta familia, qué ya no tenían ni para el pasaje y se veían obligados a caminar hacia su lugar de residencia. Me sentí satisfecho por las gracias sinceras que recibí. Con mi chinita pude ayudar y seguramente seguiré ayudando a varias personas. Gracias Ambacar.
La anécdota que más me marcó con mi nueva Shineray X30, fue cuando estaba en plena panamericana sur con dirección a Pisco (motivos laborales) por la altura del km 30 ví una familia caminando con muchos bultos y paquetes por la vía auxiliar, era un día caluroso y pesado, a lo lejos pude captar la atención del más pequeño que miraba los carros con la esperanza de que al menos uno parará, me detuve delante de ellos y les pregunte si se iban lejos; me dijeron que deseaban llegar a Ica, sin pensarlo dos veces y aprovechando que mi chinita (cómo le digo de cariño a mi Shineray x30) estaba vacía me ofrecí a llevarlos, el trayecto fue muy conmovedor escuchando las historias de cómo la pandemia ha golpeado tanto a esta familia, qué ya no tenían ni para el pasaje y se veían obligados a caminar hacia su lugar de residencia. Me sentí satisfecho por las gracias sinceras que recibí. Con mi chinita pude ayudar y seguramente seguiré ayudando a varias personas. Gracias Ambacar.
Juan Edilberto Villegas Díaz